La cosa empezó tranquila, los niños vergonzosos empezaban a interactuar con los materiales dispuestos por el aula y los adultos, después de la presentación, a picotear con cautela. Pero la cosa se fue animando, fue llegando más gente y entre música, charla y actividades fuimos conociendo un poco más qué es Albororía.
Y así de bien lo pasaron los peques, y los no tan peques.
Son todos grandes artistas
Os espero en Albororía, ¡¡¡Reserva tu plaza que no te la quiten!!!